Dagner Salvatierra
Los murciélagos son los únicos
mamíferos de hábitos nocturnos que pueden volar. Pueden vivir en troncos
huecos, grietas de rocas, casas abandonadas y otros sitios, pero por lo general
están asociados a las cuevas, en donde viven en colonias de miles y hasta
millones.
A pesar de tener hábitos
nocturnos, los murciélagos tienen diferentes periodos de actividad a lo largo
de la noche: un periodo activo en las primeras horas, y periodos de descanso en
las que digieren la comida. (Cajas 2009)
Desarrollo
El hombre y el animal siempre han
creado y mantenido un lazo de proximidad basado en similitudes físicas,
biológicas o de comportamiento. La cosmogonía prehispánica da cuenta de la
importancia de esta relación, tanto a través de los mitos como de los ritos
(Lévi-Strauss 1949, 1962, 1964, 1966, 1968, 1971; Reichel Dolmatoff 1971, 1975,
1985, 1988; Ingold 1988; Osborn 1994; Árhem 1996; Descola 1996, 2005; Chaumeil
2000; Gutiérrez Usillos 2002: 237-347).
El murciélago fue estereotipado
como dañino. En la antigua Europa los murciélagos eran considerados como el
espíritu de los muertos malditos, seres nocturnos que salían de las tumbas en
las que se pudrían los cadáveres y succionaban la sangre de los vivos dormidos.
A estos malhechores nocturnos los artistas de la Edad Media los representaron
en forma de diablo o de murciélago. En el arte medieval se le consideró a este
último como un demonio de la lujuria, que agotaba la savia de vida del cuerpo
humano y consumía la fuente de la gracia que permitía la supervivencia del
alma. El murciélago estaba en estrecha relación con las acciones de los genios
nocturnos del mal.
Por sus hábitos nocturnos, y sus
áreas de distribución los murciélagos siempre han estado asociados a las cuevas
y a la oscuridad. Por lo tanto, fueron considerados seres de la oscuridad en
las culturas prehispánicas de centro América y están asociados a las deidades
de la muerte y la noche. (Muñoz 2006)
“El culto al dios Murciélago en
el México se remonta al 500 a.C. y sus representaciones abundan en esculturas
de piedra, urnas de cerámica, pinturas, códices o topónimos. Debe recordarse
que por oposición a las ideas de luz, cielo y vida, hay dioses del mundo
subterráneo, asociados con la noche, la tierra y la muerte. En este inframundo
los aztecas colocaban la morada de los desaparecidos, el Mictlan, el lugar en
que reinaba Mictlantecuhtli, señor de los muertos. El murciélago, junto con la
araña, el búho y el alacrán, se asociaba por lo general a la oscuridad, la tierra
y la muerte” (Caso, 1985, p. 175).
Los murciélagos fueron un grupo
de animales reconocidos culturalmente por los antiguos habitantes de las
Américas, prueba de ellos son las múltiples representaciones de estos
incluyendo aquellas que simbolizan deidades, y los ocasionales hallazgos de
restos esqueléticos de murciélagos (Tepcyolo y Coxcatlan en el estado mexicano
de Puebla, así como en abrigos rocosos como en Santa Martha, en el estado de
Mexicano de Chiapas).
El murciélago era considerado
como un ser del inframundo (camazot, “murciélago-muerte”) entre los mayas
quichés, asociado a la decapitación.
Es también importante mencionar
que el dios Murciélago también fue relacionado con la fertilidad y el dios del
maíz, en Monte Alba Oxaca (Caso 1982)
Gracias a las investigaciones
arqueológicas específicas y detalladas en las esculturas, vasijas cerámicas,
frisos etc., en México y otras regiones de Centro América, fue posible
monitorear algunas especies, familias, para su conservación y preservación.
Las investigaciones arqueológicas
en Bolivia reportan hallazgos de representaciones de murciélagos en la
alfarería Cochabambina que corresponde al periodo formativo (1200 ac)
Los hallazgos más representativos
sobre figuras modeladas de murciélagos que fueron reportadas en los valles de
Cliza y Quillacollo (Cochabamba), según los informes de estos hallazgos,
describen que dichas imágenes se encontraron en cantaros de grandes
dimensiones, las representaciones encontradas son descritas de la siguiente
forma “rostros que llevan enormes orejas, ojos granos de café y grandes fauces
abiertas, en las que se observan tres dientes en los maxilares. Los rostros
están acompañados por largos miembros que rodean la vasija, otras
representaciones están modeladas con cabezas humanas estilizadas con grandes
orejas y rostros triangulares”
En la década de los 60 el
investigador Dick Ibarra Graso realizó la recolección de material cerámico de
la localidad de Chullpapata en Cliza, este material presenta material con
representación de murciélagos, dicho material fue analizado por la misión
alemana (Walter 1965). También se
realizaron excavaciones de rescate arqueológico en distintos montículos del
valle de Quillacollo donde se registraron hallazgos de tubos ceremoniales con
representaciones iconográficas y modeladas de murciélagos.
Las excavaciones realizadas por
Brockinton y el equipo de arqueólogos Bolivianos en 1985 en el
sitio arqueológico de Sierra Moko, recupero fragmentos cerámicos y tubos
ceremoniales de cerámica, el material más representativo presenta a un rostro
de un hombre- murciélago con grandes alas en vez de orejas, lleva un apéndice
en la frente, posiblemente haciendo referencia a la nariz de un murciélago de
la familia Philostomidae.
Este material tan peculiar y
llamativo se encuentra en las colecciones museográficas del Museo Arqueológico
dependiente de la Universidad Mayor de San Simón, de la ciudad de Cochabamba.
Es evidente que para las culturas
precolombinas los murciélagos eran importantes, quizá porque conocían la función
vital de los murciélagos para el bienestar humano y de los ecosistemas.
Bibliografía:
Brockinton, D. D.Pereira, R
Sanzetenea, R Cespedes y C Pérez.
1985. Informe Preliminar de las
excavaciones en Sierra Mokko y Chullpa Pata periodo formativo. Cuadernos de
investigación seria arqueología nº 5 Instituto de investigaciones
Antropológicas y Museo Arqueológico. UMSS, Cochabamba. Bolivia.
Cajas Antonieta
2009 “Los Murciélagos en el Arte
Maya”. Asociación FLAAR. Mesoamérica.
Caso Alfonso
1982 “El tesoro de Monte Alba”,
Instituto Nacional de Antropología INIAH.
Céspedes Ricardo
2007 “Los Murciélagos en la
Cosmovisión Precolombina”. Historia,
Distribución y conservación de los
Murciélagos de Bolivia. Pág. 94, 97. Fundación Simón I. Patiño.
Muñoz Espinosa, María Teresa
2006 “El culto al Dios Murciélago
en Mesoamérica” en arqueología Mexicana, Vol. XIV, Nº, Editorial Raíces
Marroquín S.A. México
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