La Sociedad de Arqueología de La Paz rechaza y exige la anulación del Decreto 4232, que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, algodón, trigo, caña de azúcar y soya genéticamente modificados en sus diferentes eventos.
Este decreto, no sólo vulnera abiertamente lo establecido por la CPE (artículo 255, inciso II, 8), la Ley 300 de la Madre Tierra (Artículo 24, incisos 7, 8, 9 y 11), la Ley 144 de la Revolución Productiva Comunitaria (artículo 15, inciso 2), la Ley 530 de Patrimonio Cultural Boliviano (artículo 4, inciso 11), la Ley 3525 de la Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria Ecológica (artículo 2, inciso II), entre otras; sino que también atenta contra la seguridad y soberanía alimentaria de la población boliviana.
Esta autorizacion -a todas vistas ilegal- para evaluar organísmos genéticamente modificados en territorio boliviano, constituye una amenaza a la biodiversidad nacional, afectando a productos locales de los que Bolivia constituye centro de origen y diversidad, como es el caso del maíz.
El cultivo del maíz ha acompañado el desarrollo de las culturas de nuestro continente desde que fuera domesticado hace casi 9.000 años. En América del Sur ya era conocido y junto a una variedad de plantas domesticadas en la costa, sierra, amazonía, chaco y altiplano andino; formó parte de la dieta cotidiana de sus pobladores; quienes desde hace 7.000 años lo vienen cuidando y desarrollando con él nuevas razas y variedades.
Este vínculo inseparable entre naturaleza y cultura, permitió que al día de hoy Bolivia cuente con 77 razas nativas de maíz, las cuales han sido identificadas y catalogadas tanto en territorio Andino, como en territorio Chaqueño y Amazónico.
Hoy más que nunca, este "Patrimonio vivo", que son las variedades de maíz nativo, está siendo amenazado por las erráticas políticas gubernamentales que a título de "seguridad alimentaria" (mal comprendida por los agrotecnólogos locales) están promoviendo la introducción masiva de transgénicos en zonas tradicionales de cultivo de maíz, lo cual constituye una vía libre para la destrucción y eliminación de un capital cultural genético que fue desarrollado con mucho sacrificio durante siglos.
Por todo lo expuesto, la Sociedad de Arqueología de La Paz, reprueba el infame decreto 4232 y exige su abrogacion inmediata.
0 Comentarios:
Publicar un comentario