Recientemente el sitio arqueológico de Tiwanaku ha vuelto a ser el centro del interés de la prensa nacional e internacional debido a que algunos de sus principales monumentos fueron afectados por la acción inconsciente de un grupo de fanáticos religiosos que les vertieron un líquido aceitoso. El hecho publicado de manera alarmante en los medios impresos causo preocupación en la comunidad arqueológica nacional, y la SALP como parte de ella, demando explicaciones a todas las instituciones a cargo, incluyendo al propio CIAAAT, la Gobernación de La Paz y el Ministerio de Culturas, recibiendo únicamente respuesta de la Gobernación Departamental de La Paz, que adjunta un escueto e impreciso informe emitido por personal del CIAAAT, a cuya cabeza se encuentra personal sin formación ni capacidad para administrarlo y cuyo equipo técnico es dramáticamente incompetente. Los resultados de la gestión, no solamente nos llevan a temer por los visitantes fanáticos que podrían atentar contra este importante legado prehispánico, sino por la gente que actualmente se halla a cargo de su administración, la cual no sólo es una cuota política, sino que carga en si misma otro tipo de fanatismos que durante los últimos 14 años ha promovido abiertamente el deterioro de todo el centro monumental del sitio arqueológico.
En fecha 26 de febrero de 2021, algunos medios de comunicación presentaron la
noticia que refiere la afectación de
varios monolitos (Fraile, Ponce y Puerta del Sol) y piedras talladas (sillares)
del sitio, mediante el vertido de un líquido aceitoso en ellos. Cabe destacar
que los litos afectados se hallan dentro del área enmallada del complejo
arqueológico. El hecho habría sucedido el 24 de febrero por la mañana. Nos
preguntamos: 1) ¿Cómo pudo ser que los responsables pudieron haber realizado la
acción sin haber sido observados por absolutamente ningún guardia o cuidador?; y 2) ¿Qué sucedió entre el 24 y el 26 de
febrero, hasta que la noticia encontrara la vía para ser difundida?
Al no hallar respuesta ni información técnica del hecho, la Sociedad de
Arqueología de La Paz envió una primera nota al actual director del CIAAAT
mediante correo institucional en fecha 01/03/2021 con el siguiente tenor:
“De nuestra mayor consideración:
Con gran preocupación hemos tomado conocimiento - por los medios de prensa y las redes sociales - sobre una serie de daños generados por la acción de un grupo de turistas nacionales que habrían echado “aceite” sobre los monolitos Fraile, Ponce y Puerta del Sol. Ponderamos que se hayan tomado medidas inmediatas y que se esté investigando el hecho. Sin embargo, nos encontramos preocupados por el daño que pudieran haber sufrido los monumentos, motivo por el cual solicitamos a usted nos pueda hacer llegar información más precisa sobre el tipo de “aceite” vertido, el área afectada en cada monumento, las posibles consecuencias sobre los tipos de piedra afectados y el grado de reversibilidad de los daños. Todo mediante una evaluación certificada por un profesional licenciado y especialista en conservación de monumentos líticos prehispánicos. Si fuera posible también nos gustaría conocer la evaluación efectuada por el arqueólogo profesional residente a cargo.
Así mismo, queremos saber qué medidas de conservación preventivas se están llevando a cabo en el sitio y qué acciones se han planificado para evitar en el futuro infracciones como la ocurrida.
Sin otro particular, saludamos a usted muy atentamente ..”
No habiendo recibido respuesta, dimos cuenta de nuestra solicitud a las
autoridades competentes de nivel departamental y nacional que componen el
consejo directivo del CIAAAT: el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz
(GADLP) y el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización
(MDCDyD) el 03/03/2021. Este dato es importante para ayudar a que las futuras
investigaciones determinen los grados de responsabilidad sobre el hecho y evalúen
si hubo también comisión del delito de “Incumplimiento de deberes” por parte de
las autoridades que manejan el GADLP y el Ministerio de Culturas.
A la fecha, la única institución que se dignó responder a nuestra solicitud
fue el GADLP mediante una nota fechada el 23/03/2021, en la que adjunta un
informe del CIAAAT fechado el 04/03/2021.
Por demás está señalar que el informe citado, que se anexa a ésta nota,
acusa una inacabable y desesperada diatriba sobre cartas, acuerdos y teoría
que, a nuestro juicio, busca encubrir la incapacidad técnica del personal que
actualmente ocupa el CIAAAT, justificando su análisis y las medidas que se
tomarán (sin nombrar, en ningún momento, las cualificaciones del personal que
afrontará la tarea).
Mientras tanto, las noticias sobre el tema redundan en increíbles historias
relacionadas a que móviles religiosos habrían movido a los perpetradores, los
cuales se excusan en el principio de la “libertad de culto”, además de un
sinfín de opiniones que reflejan el profundo desconocimiento que la población
tiene sobre el complejo arqueológico.
Si bien la afectación sufrida por los monumentos ha sido preocupante, es bueno
recordar la gran afectación que todo el complejo sufre cada año como efecto del
“Willkakuti”, o Año Nuevo Andino, en el
que centeneras de personas acuden al sitio para recibir los rayos del sol el 21
de junio (luego de recibir grandes dosis de alcohol que vierten de vuelta, como
parte de su “ungimiento fisiológico”, en los muros y sillares), aspecto que
parece no preocupar a quienes vienen administrando este sitio arqueológico
desde hace 16 años.
Sólo como referencia, recordemos que este ritual viene impactando el sitio
desde el año 2005 con móviles políticos o pseudoreligiosos, con la complicidad de
todos los actores sociales y políticos que apoyan el uso de estas ruinas como espacio
de fiestas, matrimonios colectivos y un sinfín de usos inaceptables para un
sitio tan importante como delicado, que además ostenta el rango de Patrimonio
Cultural de la Humanidad.
El directorio del CIAAAT, conformado por el Ministerio de Culturas, el
GADLP, el GAM Tiwanaku, el Mallku cantonal de la CACOT y un representante de
los centros poblados (de acuerdo al Decreto Supremo Nº 1004 del 11 de octubre
de 2011), es manejado solamente por los intereses de las autoridades de las 23 comunidades;
estas definen y determinan el uso y abuso de este patrimonio del pueblo boliviano,
sin que en ello puedan mediar profesionales calificados (si no cuentan con su
aval). Suma a ello, que en reiteradas oportunidades se ha verificado un uso
discrecional de gran parte de los fondos recaudados en el sitio, dejando poco o
nada de recursos para ser reinvertidos en la mejora de infraestructura, conservación
e investigación del área arqueológica.
Lo expuesto es apenas una muestra de la situación adversa que el complejo arqueológico viene atravesando desde hace muchos años, el cual se mantiene pese a los intereses egoístas y los ataques que sufre de las autoridades de las 23 comunidades, que se suman a la incapacidad de quienes estas designan para administrar el CIAAAT. Este panorama se completa con la pública ineptitud que muestran las autoridades municipales de Tiwanaku, la Gobernación Departamental de La Paz y el propio Ministerio de Culturas, que atienden negligentemente la protección y el cuidado del patrimonio arqueológico de sus respectivas jurisdicciones.
1 Comentarios:
Ni bien se publicó esta nota, el CIAAAT anuncio la realización de un concierto de los Awatiñas en el templete de Kalasasaya. Este es el nivel que tiene la gente que maneja el Ministerio de culturas y lo que considera como patrimonio Cultural de la Humanidad. Ni que decir de estos ignorantes folkloristas como los Awatiñas que han ganado mucho dinero gracias a su música complaciente que componen para el llamado "proceso de cambio", que ha sido el periodo mas nefasto para la arqueologia y la cultura boliviana.
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