En fecha 20 de mayo de 2022, a hrs. 18:30 en el salón Julio Tumiri de la
Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (A.P.D.H.B.), la Sociedad de
Arqueología de La Paz recibió un reconocimiento del colectivo ciudadano
“Bolivia Libre de Transgénicos”.
En la oportunidad el past-presidente y actual vocal de la mesa directiva de
la sociedad, compartió las siguientes palabras:
“Inicialmente, quienes trabajamos en la Sociedad de Arqueología de La Paz
nos sentimos honrados por este acto, a la vez que reconocemos la incansable
labor del colectivo ciudadano Bolivia
Libre de Tránsgénicos en relación con la defensa y protección de nuestro
patrimonio fitogenético; y la reconocemos, y sentimos nuestra, pues luego de 16
años de labor ininterrumpida somos testigos certeros de las dificultades que un
colectivo, cuyo único aglutinante es el genuino compromiso, vive cada día en un
país donde el desconocimiento y la falta de información son una situación común
para el ciudadano promedio.
Por ello, permítanme recordar que hace 6.500 años nuestros ancestros
humanos, tanto en la zona andina como amazónica, finalizaban un largo proceso
de domesticación que transformaría el Teocintle en maíz. La historia del maíz
entre nuestras culturas es una de veneración sacra e interrelacionamiento
social y simbólico, que se refleja en la gran variedad de razas y ecotipos que
nos han legado las antiguas poblaciones indígenas de nuestro sub-continente.
Bolivia, en especial, posee una situación geográfica privilegiada, al
hallarse en la confluencia de las dos principales zonas relacionadas a las
líneas evolutivas del maíz sudamericano: los Andes Centrales y la cuenca Sur
del Amazonas (no es por nada que contamos con la mayor cantidad de razas del
continente); y es justamente este aspecto el que más nos debería relacionar con
nuestra historia ancestral y presente frente a un Estado cuya política ecocida
y pro-transgenetista, promovida por intereses puramente monetarios de élites
relacionadas al agronegocio, se encarga de mercantilizar –para mal- nuestra
soberanía alimentaria y nuestros valores gastronómicos, dietéticos, simbólicos,
sociales y culturales.
Es así que la Sociedad de Arqueología de La Paz, guiada por su primordial
objetivo de proteger el patrimonio arqueológico cultural de nuestros pueblos,
reafirma cada día su compromiso de defender y denunciar los actos vandálicos
que la clase política promueve mediante su participación directa e indirecta en
el negociado internacional que lucra con la salud de nuestra gente.
La cruzada por el maíz es el acto valiente de darle voz a todos aquellos
que lo domesticaron, a aquellos que lo preparan y utilizan con el mismo cariño
que desde hace miles de años, y a aquellos que lo protegen y resguardan
–celosamente- para que vivamos en un mundo cuya diversidad (en esencia su
verdadera riqueza) no se vea reducida a un solo sabor, un solo color y un
nombre cuyo significado sólo refiere a un código de laboratorio.
Por ellos y el maíz, que está inserto en nuestra más profunda raíz
cultural, muchas gracias.”
La Sociedad de Arqueología de La Paz agradece el reconocimiento y llama a
la acción a los actores involucrados en la defensa del patrimonio genético que
forma parte de la historia de nuestros pueblos, a la vez que pide al pueblo
boliviano mantenerse en apronte frente a la violación de la ley de la Madre
Tierra y las acciones ecocidas del conglomerado delictivo compuesto por el
agronegocio cruceño y el partido en función de gobierno.
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